viernes, 21 de octubre de 2016

Barañao en Biomarine 2016


Barañao en el Panel de Ministros en la Convención de Negocios BioMarine realizada en Oslo, los días 19, 20 y 21 de octubre.

El titular de la cartera de Ciencia fue uno de los oradores en la convención de negocios que promueve cadenas de valor sustentables a partir de los recursos del mar.

En el marco de su gira por Europa, el ministro Lino Barañao participó de Biomarine 2016 realizada en Oslo, Noruega.

El evento dio cita a empresarios, científicos y funcionarios de diversos países en torno al concepto de crecimiento circular, una perspectiva de negocios que contempla aspectos sociales y medioambientales, aplicado a la explotación de la acuicultura y la gestión productiva de los ambientes marítimos.

A su turno, Barañao se refirió al proyecto estratégico del Gobierno argentino que impulsa, a través de este ministerio en cooperación con Agroindustria y Producción, la crianza de especies acuáticas en granjas multitróficas integradas.

Asimismo, describió la iniciativa multisectorial Pampa Azul, la cual lleva adelante actividades de investigación, divulgación científica y desarrollo de innovaciones tecnológicas vinculadas al Mar Argentino.

El Panel de Ministros contó además con las ponencias de Jean D’Amour, titular de Asuntos del Mar (Quebec, Canadá); Torbjørn Røe Isaksen, Educación e Investigación (Noruega); y Ana Paula Vitorino, ministra del Mar (Portugal).

El moderador fue Tiago Pitta e Cunha, CEO de la Fundación Océano Azul (Portugal).

Por su parte, el subsecretario de Políticas, Jorge Aguado, expuso algunos de los programas de cooperación e intercambio que Argentina mantiene con otros países en esta materia, dentro de la sesión plenaria Colaboración regional, coorganizada por la Asociación Internacional de Clústeres Biomarinos (BICA, por sus siglas en inglés).

A su vez,  la coordinadora del Proyecto de Acuicultura del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Alit Fasce Pollicelli, desde la mesa asociada a dicha plenaria compartió los objetivos y alcances de la experiencia nacional con representantes de Canadá, Australia, Francia, Portugal e Islandia.


Aguado participó de la sesión plenaria Colaboración regional en la Convención de Negocios BioMarine.

Más información

Pampa Azul. Se trata de una iniciativa interministerial que desarrolla investigaciones en el Mar Argentino con el propósito de incrementar el conocimiento científico, promover la conservación y el manejo de los recursos.

Además, esta propuesta busca compartir los resultados de las campañas oceanográficas, la difusión de información al público en general y fomentar vocaciones por carreras vinculadas al estudio de los océanos.

Acuicultura. 

El respaldo a esta actividad se inscribe dentro de la iniciativa Innovación Colectiva–Ciencia y Tecnología que presentó el presidente Mauricio Macri en septiembre último.

Con el fin de aprovechar el potencial local, se apunta al despliegue tecnológico requerido para cultivar peces, algas, mejillones y ciertas variedades de crustáceos de manera sustentable.

MINCyT


martes, 4 de octubre de 2016

Monumento Natural Ballena Franca Austral



Cada año, el arribo de las ballenas francas a la Península Valdés es la señal para que miles de turistas acudan a extasiarse con el espectáculo que brindan estos gigantes marinos.

La especie, que un siglo atrás fue llevada al borde de la extinción, se encuentra protegida en aguas territoriales de nuestro país, que la declaró Monumento Natural Nacional en 1984

Ficha Técnica

Nombre científico: Eubalaena australis.

Referencias: su tamaño ronda entre los 14 y los 17 metros.

Las hembras son más grandes que los machos.

Su peso llega a las 60 toneladas (casi como 10 elefantes).

Las crías nacen en invierno tras 12 meses de gestación.

El periodo de lactancia dura un año, aunque el ballenato permanece 2 o 3 más junto a su madre.

Dónde encontrarla

Vive en el sector austral de los océanos Atlántico, Pacífico e Indico.

Entre junio y noviembre alrededor de 600 ejemplares llegan a la Península Valdés para reproducirse.

Si usted tiene la posibilidad de acceder a península Valdés en temporada de ballenas, tenga en cuenta que ellas llegan para reproducirse.

Evitar cualquier alteración que las perjudique es una forma de contribuir con su conservación.

Características generales

Varias características convertían a estas ballenas en blanco predilecto de los arpones.

Es un animal lento, flota al morir (a diferencia del resto de las ballenas, que se hunden) y cada individuo rendía unos 40 barriles de aceite (alrededor de 7.200 litros).

Estas razones le valieron el nombre inglés de “right whale”, la ballena correcta, “francamente” ideal para cazar.

Se caracteriza por poseer manchas ventrales y callosidades, engrosamientos de la piel cubiertos por pequeños crustáceos blanquecinos, conocidos como “piojos de las ballenas”.

La distribución, tamaño y forma de estos callos son particulares para cada ejemplar, por lo que sirven para identificarlos. En su enorme boca curva se ubican alrededor de 220 a 260 “ballenas”, placas o “barbas” córneas, de hasta 2,5 m de largo.

Colgando de la mandíbula superior constituyen el “colador” para retener las toneladas de krill que forman su alimento.

Con sus extremidades anteriores convertidas en aletas, su gruesa capa de grasa y su capacidad para bucear, algunas a grandes profundidades, las ballenas son mamíferos que evolucionaron adaptándose a la vida en el mar.

Su cabeza ocupa alrededor de un 30 por ciento del animal y posee espiráculos, orificos respiratorios por los que expulsa aire que se condensa formando una V.


(c) Luis Burgueño


De las especies actuales de ballenas, la franca es la que más cerca de la extinción ha llegado.

Tras haber casi exterminado, durante los siglos XVIII y XIX, a las poblaciones de la ballena franca septentrional (especie afín del Hemisferio Norte) las flotas balleneras se dirigieron hacia los mares australes, dedicándose a cazar a la ballena franca austral.

Se calcula que al inicio de la matanza vivían unos 100 mil ejemplares, número que se redujo drásticamente, al punto que en la actualidad se estima en unos 7 mil ejemplares.

El hecho de que las hembras tienen una cría cada tres años, explica en parte, la lenta recuperación de sus poblaciones.

Hoy existen otras amenazas para esta especie: la contaminación en los mares y océanos y las infracciones que puedan cometer las embarcaciones que se dedican a la práctica turística del avistaje de ballenas.

Para protegerla de su extinción, nuestro país la declaró Monumento Natural Nacional en 1984.

Además de su protección a nivel nacional, la ballena franca austral está protegida a nivel mundial por la Comisión Ballenera Internacional – que prohibe su caza – y la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna (CITES), que prohibe toda acción de comercio internacional de sus productos, al haberla incluido en su Apéndice I.

También se encuentra protegida por la Convención de Bonn sobre Especies Migratorias de Animales Silvestres.

parquesnacionales

sábado, 1 de octubre de 2016

Un mar de ciencias


El Día Marítimo Mundial se celebra el jueves de la última semana de septiembre. 
Foto: gentileza Diego González Zevallos

Un investigador del CONICET explica la importancia de entender el funcionamiento de uno de los ecosistemas más diversos, dinámicos y complejos del planeta.

Los mares y océanos ocupan el 70 por ciento de la superficie terrestre y su inmensidad, junto con la enorme diversidad de especies que en él habitan y su funcionamiento, han sabido despertar incógnitas desde hace siglos.

Una gran porción del esfuerzo que la comunidad científica realiza apunta a conocerlo de manera integral.

Pedro Barón, investigador independiente del CONICET y director del CCT CENPAT, estudia desde los inicios de la década del ’90 el mar como ecosistema y desde una perspectiva integral.

Comenzó analizando invertebrados marinos de interés pesquero; y luego trabajó en el análisis del impacto de especies invasoras como el cangrejo verde europeo y en temas de oceanografía marina.

“Para conservar el mar primero hay que estudiarlo: el conocimiento permite avanzar hacia un camino que tienda a la protección de los recursos naturales.

En un ambiente como el mar, con diferentes variables físicas que regulan su dinámica y que alberga a miles de especies, un pequeño cambio como la extracción de un recurso de interés pesquero o el aumento de los niveles de contaminación puede tener efectos críticos en el funcionamiento de este sistema complejo”, asegura el científico.

A lo largo de su carrera Barón participó de diferentes trabajos que le llevaron a recorrer el mar desde la costa hasta el límite del talud y la Antártida, siempre con el objetivo de entender mejor el funcionamiento de los ecosistemas marinos y en cómo se interrelacionan las distintas variables para permitir la vida.

Aunque la humanidad tiene un vínculo con el mar desde hace miles de años, se nutre de sus recursos, lo ha navegado y, en ocasiones, padecido, todavía encierra miles de interrogantes para la ciencia, que van desde el inventario de especies que habitan en la superficie de los océanos y todavía no han sido identificadas, hasta cuestiones vinculadas a la interrelación del mar con la atmósfera.

Para el investigador, quien además dirige el Centro para Estudios de Sistemas Marinos (CESIMAR), la posibilidad de compartir los saberes que se producen desde diferentes ámbitos permiten la participación de cada vez más actores en la toma de decisiones.

“Mientras mayor sea la conciencia que exista sobre la riqueza y relevancia de determinados recursos, será mayor el interés comunitario por conservarlo”, agrega.

Este camino transitado en la investigación de estos ecosistemas, que llevaron a Barón a recorrer miles de kilómetros, está vinculado además a una atracción con el mar que se cimentó a lo largo del tiempo.

“Conocí el mar a los diez años y eso produjo en mí un impacto fabuloso.

Día a día voy tomando conciencia de la significancia que tuvo ese evento en el resto de mi vida.

Disfruto de sus paisajes, de los olores, sus colores.

De esa película que observaba en la niñez desde la costa”, rememora.

Por Alejandro Cannizzaro. CCT CENPAT.

CONICET